Iquitos Corazón
Iquitos no es el lugar donde naci, pero desde que tengo uso de razón la conozco muy bien. Si volviera a nacer, pediria que fuese en Iquitos. Me siento feliz por la generosidad, calidez y alegría de la gente que contagia, divierte y que nos hace sentir en familia sin serlo.
Me encantan los paisajes mágicos al amanecer y al atardecer, con ese cielo totalmente despejado y ese sol que ilumina y llena de energía, al igual que las noches repletas de estrellas y una maravillosa luna llena, contemplada desde la ventana de la Biblioteca Amazónica o desde el boulevard. Adoro sentarme en las bancas de la Plaza de Armas y perderme en el barullo de la gente y en los juegos y correrías de los niños y niñas que inundan el lugar. Cuando el cuerpo me pide son infaltables las salidas a rumbear hasta que me duelan los pies en lugares como el Noa, La Parranda, El Pardo, entre tantos otros que hacen que las noches iquiteñas estén llenas de adrenalina, energía y full diversión.
Me encanta ir a Nanay los domingos por la tarde, para comer un buen plato de cecina con tacacho acompañado con salsita de cocona. Y ni hablar de los paseos en bote por los ríos y las idas y vueltas en combi por la carretera Iquitos Nauta que me desconectan de la gran ciudad y oxigenan mis pulmones.
Es cierto que no todo es color de rosa pues el ruido producto de las motos y motocarros auyentan en las horas puntas a cualquiera y ni que decir de la delincuencia y la prostitución como en cualquier otra ciudad. Iquitos no será un paraiso pero esta muy cerca de serlo.
Por ahi dicen que Iquitos dejará de ser una ciudad cosmopolita y que pasará al olvido y que el nuevo point será Yurimaguas. Bueno, sea como sea yo vivo feliz en Iquitos y es que a pesar de tener la oportunidad de emigrar a otros lados por ahora prefiero estar acá. Y aunque muchos ya se fueron, lo curioso es que una necesidad visceral hace que retornen una y otra vez a esta tierra que los vio nacer.
Iquitos te espera, ven a conocerla y no te arrepentirás.